jueves, 24 de julio de 2008

Portada Boletin Dominical 20 de Julio de 2008


Primera lectura: Sabiduría 12, 13.16-19
Salmo 85: “Tú Señor, eres bueno y clemente”
Segunda Lectura: Romanos 8, 26-27
Evangelio: San Mateo 13, 24-43

Déjenlos crecer juntos hasta la cosecha

En la primera lectura, del libro de Sabiduría 12, 13.16-19: es una reflexión catequética, sobre la justicia salvadora de Dios manifiesta en sus grandes intervenciones liberadoras en la historia.

Nos describe a un Dios omnipotente, que dispone su poder con justicia, pero no abusa de su poder. El comportamiento divino debe llegar a convertirse en estímulo y norma humanitaria, es fuente de consuelo para la humanidad pecadora. Es un Dios que se muestra como es, un Dios de Amor.

En la segunda lectura de San Pablo a los Romanos: 8, 26-27: enfoca todas las situaciones de la creación y de los creyentes, como “gemidos”, y ahora la presenta al Espíritu, que viene a ayudarnos en nuestra vida presente.

Presenta a la oración como fuerza venida de lo alto para ser fuertes en estos tiempos, es la que sostiene al cristiano. El Espíritu hace nacer y orienta la oración cristiana, actuando en modo silencioso en lo profundo del corazón. Su intercesión es auténtica, es decir, su presencia es real y vivificante.

Jesús nos habla en Mateo 13, 24-43: siguiendo al Maestro a la escucha de su palabra, nos lleva a contemplar tres parábolas, lo meditamos de esta manera:

1. Describe simbólicamente el crecimiento del reino de Dios en la historia, el cual no esta exento de luchas y de oposiciones dramáticas.

2. Se pone así en evidencia que hay “enemigos” (del proyecto de Dios) que ponen en peligro el éxito de la cosecha.

3. Dios no destruye el mal ni actúa con poder como juez inexorable. El Reino va abriéndose camino en la historia a la sombra de la injusticia y del pecado.

4. en este sentido la parábola es una exhortación a la lucidez y a la confianza en Dios y una invitación a superar la tentación de la intolerancia y del fariseísmo.

Para nuestra vida cotidiana:

a. Dios es paciente, respeta la libertad de las personas y deja hacer.

b. Además, sólo Dios puede juzgar, nosotros no somos nadie para condenar y precipitarnos en la valoración de las situaciones y de las personas.

c. Sean optimistas y confiados. Todo lo que hacemos por pequeño que sea, esta contribuyendo a hacer crecer el Reino de Dios. Quizás nosotros no lo veremos, pero el Reino de Dios va avanzando.

d. Fe en las cosas pequeñas: “no compliques las cosas sencillas, más bien simplifica las cosas complicadas”.

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