jueves, 24 de julio de 2008

Evangelio Domingo 20 de Julio de 2008


Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13, 24-43

Jesús propuso otra parábola a la gente:

“El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?” Él les dijo: “Un enemigo lo ha hecho”. Los criados le preguntaron: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?” Pero él les respondió: “No, que podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega, y cuando llegue la siega diré a los segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero”.

Les propuso esta otra parábola: “el reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas”.

Les dijo otra parábola: “El reino de los cielos se parece a la levadura: una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente”. Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada
Palabra del Señor
COMENTARIO:
Continuamos con el discurso en parábolas. El domingo pasado nos detuvimos en el porqué de las parábolas. Hoy, el mismo Mateo nos dice que Jesús hablaba en parábolas para que se cumpliera la Escritura, y cita el salmo 78: “Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo”. Con esta cita, Mateo afirma que en Jesús se cumple la Escritura y que la parábola es el mejor lenguaje para hablar del Reino de Dios.

Hoy, el evangelio presenta tres parábolas: la de la cizaña, la de la levadura y la del grano de mostaza.

La primera anuncia que la semilla del Reino crece a pesar de que el enemigo siembre cizaña. La de la levadura debió chocarle a los judíos pues ellos celebraban la fiesta de los ácimos, la fiesta de los panes sin levadura. Jesús parece decirles, fijaos más bien en el poder de la levadura que fermenta a toda la masa desde dentro. El Reino crece no como una masa pura y no contaminada, sino como la masa que va siendo fermentada desde dentro. Y la tercera parábola habla del Reino como la más pequeña de las semillas que crece y se hace un arbusto donde anidan los pájaros del cielo.

El crecimiento del trigo, la fuerza de la levadura y del grano de mostaza, sólo se explican porque el Espíritu Santo se halla presente en toda semilla y palabra del Reino.
Por eso, estas parábolas nos invitan a abrirnos al Espíritu, para que él sea el que ilumine nuestro entendimiento con la verdad; para que Él nos fortalezca, aunque sigamos viviendo rodeados de cizaña; y para que nos conceda el valor necesario para ser testigos de la fe.

Quizá esta semana deberíamos orar diciendo: Espíritu Santo danos paciencia, haz que sepamos respetar el tiempo y el crecimiento nuestro y de los demás. Danos capacidad para que acojamos a todos como el arbusto de la mostaza que recibe a cuantos se le acercan. Y danos la gracia de ser fieles a Jesús, para que tengamos sabor a evangelio y fermentemos nuestro mundo con su Palabra
“Seamos levadura en la masa para un mundo empobrecido”

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