miércoles, 23 de julio de 2008

Evangelio Domingo 15 de Junio de 2008


Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 9,36 - 10,8

En aquel tiempo, al ver Jesús a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y abandonados, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos; rueguen, pues, al dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla”. Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.

Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.

A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:“No vayan a tierra de paganos, ni entren en las ciudades de Samaria, sino vayan a las ovejas descarriadas de Israel. Vayan y proclamen que el reino de los cielos está cerca. Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Lo que han recibido gratis, denlo gratis”
Palabra del Señor
COMENTARIO:

Me gustaría saber radiografiar el evangelio. Ojalá supiera. El de hoy comienza con una mirada: “al ver Jesús a las gentes”. Jesús mira a su pueblo, y lo que ve le traspasa el alma: “Al ver Jesús a las gentes se compadecía de ellas porque estaban extenuadas y abandonadas como ovejas sin pastor”.

Si me preguntan ¿cómo es la compasión en Jesús?, tendré que decir que su compasión está relacionada con la voluntad del Padre. Y he aquí la primera enseñanza: todo aquel que sigue a Jesús ha de vivir lo que el Amor de Dios ha manifestado en su Hijo, la misericordia.

Tras este sentimiento, Jesús dice a los discípulos: “La mies es abundante, pero los trabajadores pocos; rogad pues al dueño de la mies que mande trabajadores para su mies”.

LA MIES ESTÁ APUNTO

Jesús ve a la humanidad como un campo en sazón. La mies está a punto, pero los obreros son pocos. Y ante la inmensidad del trabajo pide colaboradores, y añade: “Rogad pues al dueño de la mies...” La compasión lleva a la oración y a la acción, por eso “llamó a los doce y los envió”.

Hoy, el Señor también siente compasión y llama de nuevo. Y entre otros, nos llama a nosotros.
Alguien escribió, más o menos, esto: El astro rey se ocultaba por el poniente, pero viendo que la tierra se sumergía en la oscuridad preguntó con tristeza: ¿No habrá quien me releve? La humilde lamparilla de barro se le quedó mirando y exclamó: Maestro, aquí estoy, se hará lo que se pueda.

Y Jesús escogió a los doce y los envió con estas instrucciones: “Id en busca de las ovejas descarriadas de la casa de Israel”. Este mandato también es para nosotros: nosotros no podemos ir a todas partes, pero podemos empezar por donde estamos. Lo que cuenta es que, allí donde estemos, hagamos lo que Dios quiere, transparentemos el amor y la compasión de Dios. Muchas personas creen que si estuvieran en otro sitio se realizarían como apóstoles. No nos distraigamos. Empecemos por donde estamos. Aquí es donde Dios quiere que fortalezcamos la fe y la transmitamos a los demás.



“Hay muchas ovejas y pocos pastores, buena noticia para todos y pocos carteros... "

No hay comentarios: