Salmo Nº 32: "El Señor es compasivo y misericordioso"
Segunda Lectura: 1 Pedro 2,4-9
Evangelio: San Juan 14,1-12
Jesús invita a los suyos a no inquietarse ni ante los trágicos eventos de la pasión y de la cruz, que son un signo del rechazo del mundo, ni ante las pruebas a las cuales serán sometidos a los largo de la historia: “Que no tiemble vuestro corazón; crean en Dios y crean también en mí”.
Aunque Jesús desaparece físicamente, en realidad siempre estará con ellos después de la resurrección, volverá a ellos y finalmente los llevará consigo cuando llegue el momento. La imagen de “la casa de mi Padre” donde “hay muchas estancias”, era popular en los ambientes religiosos judíos del tiempo de Jesús. Es una expresión simbólica para referirse a Dios como destino final de la humanidad.
Ante la perplejidad de Tomás, Jesús declara: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Jesús es el camino porque es la verdad y la vida. Jesús es el camino porque es la verdad, es decir la revelación personal del Padre a los hombres. A través de la adhesión a Jesús-camino y de la comunión con Jesús-verdad se alcanza la vida, que el posee en sí mismo, como el Padre (Jn 5,26), y que da en abundancia (Jn 10,10).
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