lunes, 12 de mayo de 2008

Portada Boletin Dominical 11 de Mayo de 2008


Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 2, 1-11
Salmo Nº 103: “Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra.”
Segunda Lectura: 1Corintios 12, 3b-7.12-13
Evangelio: San Juan 20, 19-23

PENTECOSTÉS
RECIBAN EL ESPÍRITU SANTO

La fiesta de Pentecostés era una fiesta judía conocida como “fiesta de las semanas” o “fiesta de la cosecha”, que se celebraba siete semanas después de la pascua y que en algunos ambientes judíos en época tardía se celebraban las grandes alianzas de Dios con su pueblo, particularmente la del Sinaí relacionada con el don de la Ley.
El ruido llega “del cielo”, es decir, del lugar de la trascendencia, desde Dios, y es como el rumor de una ráfaga de viento impetuoso. Tanto en hebreo como en griego, espíritu y viento se expresan con la misma palabra (hebreo: ruah; griego: pneuma). Utilizando el símbolo del viento, Lucas quiere describir el descenso del Espíritu Santo como poder y dinamismo.Lucas se sirve también de otro elemento cósmico: el fuego, que es símbolo de Dios como fuerza irresistible y trascendente.
El evento extraordinario, expresado simbólicamente en los vv. 2-3, se explicita en el v. 4: “se llenaron todos del Espíritu Santo”. Dios mismo llena con su poder a todos los presentes, que adquieren una tal capacidad de comunicación, que en cierto modo elimina la antigua confusión de lenguas en Babel. Se inaugura una nueva experiencia religiosa en la historia de la humanidad: la misión universal de la iglesia, llamada a anunciar el evangelio de Cristo de forma inteligible y con la fuerza del espíritu a todos los pueblos de la tierra.
En el Evangelio, Jesús vuelve en medio de los suyos, como lo había prometido. Atraviesa las barreras externas (las puertas) e internas (el miedo). Comunica a los discípulos cuatro dones fundamentales: la paz, el gozo, la misión y el Espíritu Santo.La paz (el shalom) y el gozo (la járis) son dones que acompañarán la fe y sostendrán la misión, que tiene como origen y modelo la misión de Jesús. Para la realización de la misión Jesús les concede el don del Espíritu. En el texto sobresale el tema de la nueva creación. Jesús “sopló sobre ellos”, como Dios en el momento de la creación del ser humano. El gesto y la palabra de Jesús se colocan en relación directa con el anuncio que de él había hecho Juan Bautista, indicando que bautizaría en el Espíritu Santo.

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