viernes, 18 de abril de 2008

Evangelio Domingo 20 de Abril de 2008


Lectura del Santo Evangelio según San Juan 14,1-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No se angustien; crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay lugar para todos; si no fuera así, ¿les habría dicho que voy a prepararles sitio? Cuando valla y les prepare sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estén también ustedes. Y a donde yo voy, ya saben el camino”.

Tomás les dice: “Señor, no sabemos adónde vas, ¿Cómo podemos saber el camino?”. Jesús les responde: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto”.

Felipe le dice: “Señor muéstranos al Padre y nos basta”. Jesús le contesta: “Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, el mismo hace sus obras. Créanme: Yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Sino crean a las obras. Les aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.

Palabra del Señor.


COMENTARIO:

Caminante, ¡ya hay camino!

El camino hacia la casa del Padre fue para Jesús tan intenso, tan verdadero, tan vivo, que se convirtió en él mismo, y por eso puede decir: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.

Parece que Jesús quiere enmendarle la plana al poeta: ¡ya tenemos un camino!, tenemos un camino que se hizo al andar, y si volvemos la vista atrás, no vemos una senda que no haya que volver a pisar, sino precisamente la vía que nos lleva a la Salvación. Por esa senda es por donde debemos caminar, con la misma intensidad que Jesús, con la misma veracidad que Jesús, poniendo como Jesús la misma vida en ese camino.

Y debemos mirar atrás cada vez que nos cansemos, para admirar el ejemplo de nuestra piedra angular, que nos llamó a salir de la tiniebla y a entrar, caminando como él y con él, en su luz maravillosa, en la luz resucitada y resucitadora.

Emilio Lopez Navas
JESÚS ES EL CAMINO QUE NOS CONDUCE A LA VIDA

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