
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, lo adoraron, pero algunos dudaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: “Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.
Palabra del Señor
COMENTARIO:
Dios con nosotros para siempre.
Estamos acabando la cincuentena pascual, y celebramos hoy la Ascensión del Señor. Podría ser un día triste, podría darnos un poco de pena: Jesús Resucitado se aleja de nosotros, nos abandona… Pero nada más lejos de la realidad. No sólo no se aleja, no sólo no nos abandona, sino que promete que seguirá siendo el Enmanuel, el Dios con-nosotros para siempre, mientras exista el tiempo, hasta el fin del mundo.
Es curioso fijarse en el movimiento espacial que se da en este evangelio. Empieza el texto recordando: los discípulos se fueron a Galilea, al lugar donde todo empezó, pero también al lugar conocido, al lugar seguro… y al lugar del encuentro primero. A este lugar “teológico” hay que sumar la mención del monte: otro de los lugares bíblicos en los que se da esa posibilidad de ver “cara a cara” al Señor.
DEJAR GALILEA
El encuentro con el Señor no libra de las dudas, de las incertidumbres, pero promueve una disposición en los discípulos, una disposición que les llevará a dejar su “Galilea querida”, a bajar del “monte de los suspiros”… para caminar por todos los lugares de la tierra. Porque ésta es la misión que les encomienda el Señor, después de darles, a modo de telegrama, un resumen de toda la “formación” que habían recibido durante los tres últimos años.
La misión que reciben es enorme, universal: “haced discípulos de todos los pueblos”, pero no tiene un límite de tiempo para cumplirse. Es una misión que nosotros, los cristianos del siglo XXI debemos hacer nuestra, comunicando la Buena Noticia, con la conciencia de ser siempre discípulos, porque sólo uno es el Maestro, pero con la seguridad de que ese Maestro no nos abandona, sino que estará con nosotros para siempre.
"YO ESTARÉ CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS"

No hay comentarios:
Publicar un comentario